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Capítulo 113

—¡Dios mío!

El personal que acababa de seguir a Elizabeth afuera estaba confundido —¡Aurelia!— gritó con fuerza.

Reconoció a esa chica, era Aurelia Kingsley de la tienda vecina.

Elizabeth, con rostro frío, agarró al personal que estaba a punto de acercarse —¡El fuego es demasiado grande, no puede...