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Capítulo 384 El polvo se asienta

Después de que Cynthia terminó de hablar, dirigió su mirada hacia Seb, quien estaba justo al lado de su cama de hospital.

Seb sostenía la mano de Cynthia, y ella logró esbozar una sonrisa feliz.

—Seb, me voy. Cuídate. —Con eso, Cynthia no pudo hablar más. Las lágrimas rodaron por sus mejillas y ce...