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Capítulo 303 Perdido

Susan, como si estuviera sosteniendo una papa caliente, le lanzó la ropa de vuelta a Isabella y se quejó:

—¿Qué demonios compraste? Esta ropa es demasiado sexy o tan reveladora que ni siquiera puedo mirarla.

Isabella respondió rápidamente:

—Tengo más de treinta, ¿vale? Si no me visto así, nunca m...