Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 431 ¡Te perdono!

Sebastián seguía hablando, sin perder el ritmo.

La punta del cuchillo ya había cortado su chaqueta, y de repente, sangre roja brillante comenzó a brotar de la herida.

El sudor frío goteaba por la frente de Isabella.

En su aturdimiento, volvió a la realidad.

Gritó: —¡Sebastián, ¿estás loco?! ¡Sué...