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Capítulo 375 También sospecho de ella

Isabella estaba a punto de preguntarle a Sebastián si sabía cómo se había lastimado, pero las cicatrices en sus dedos la detuvieron. Sin pensarlo, se fijó en sus manos.

Las manos de Sebastián eran delgadas y pálidas, con nudillos marcados. Sus dedos índice, medio y anular tenían profundos arañazos—...