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Capítulo 365 No es sangre. Es su hijo

—Hospital —jadeó Isabella débilmente, repitiendo la palabra una y otra vez.

Ignoró a quien la sostenía y lo que sea que estuvieran diciendo.

Agarró la muñeca de Lynda, suplicando—: Salva a mi bebé.

Lynda miró la creciente mancha de sangre bajo Isabella, una sonrisa triunfante brillando en sus ojo...