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Capítulo 303 Isabella, volvemos a empezar

Cada habitación privada tenía su propio camarero. El camarero junior se sobresaltó al ver a Sebastián, dio unos pasos fuera de la habitación, apretó los dientes y llamó a la puerta.

—Yo me encargo de él —una voz femenina sonó de repente, cálida y suave, como una brisa ligera, refrescante.

El camar...