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Capítulo 269 Te confesé y estabas tan feliz

¿Quién no fantasea con que esa persona especial confiese su amor? Se sentía débil, pero la tentación era demasiado fuerte.

¡Oh, Sebastián debe ser un zorro astuto!

Isabella se sentó en el sofá con los puños apretados y las palmas sudorosas. Estaba profundamente perdida en pensamientos caóticos.

U...