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Capítulo 226 Debes protegerme, Lynda

Esto era básicamente una sentencia de muerte para el dúo alto y bajo.

—¡Perdóname, señor Lawrence, perdóname! —El alto no sabía qué más hacer que suplicar por su vida mientras la sangre le goteaba de la cabeza.

Sebastián retiró su pie, se levantó y cambió su anterior indiferencia. Bajó la voz:

—T...