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Capítulo 220 Ganar el dinero de mi esposo no es fácil

Sebastián sacó un par de zapatos planos de la caja, quitó los zapatos de tacón bajo de los pies de Isabella y los reemplazó con los planos.

—Tú misma lo dijiste, a una mujer no le importará que su amado revolotee ante sus ojos —Sebastián levantó la mirada.

Sus miradas se encontraron, y los lóbulos...