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Capítulo 129 Eres más importante que el niño, ¿entiendes?

—¿Sabes, Sebastián? —Lynda se acercó, sus manos rodeando su cintura, abrazándolo, presionando ligeramente contra su corazón—. Envidio tanto a Isabella, estoy tan envidiosa...

Sebastián frunció el ceño—. ¿La envidias... a ella?

—Sí. Ella puede verte todos los días, ya sea de día o de noche. Puede e...