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Capítulo 32 Calor abrasador y tabú

En la habitación completamente oscura, aparte del sonido de las olas, solo se escuchaba la mezcla de jadeos y gemidos de la chica.

La mano poderosa y dominante del hombre sujetaba firmemente su muñeca, mientras su largo cuerpo se arrodillaba entre sus piernas, sus labios ardientes devorando su parte...