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Capítulo 50 Pequeña, ¿podrías ser el antídoto para mí?

Al ver a Lela bajar corriendo las escaleras, Sylvester negó con la cabeza, impotente.

La pequeña realmente había aprendido a mantenerlo en suspenso.

Justo cuando estaba a punto de seguirla, su cuerpo experimentó un dolor desgarrador, dificultándole la respiración.

Sylvester se agarró el pecho, un...