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Capítulo 125 Beowulf, solo para ella

Al salir con los guardaespaldas, Goy giró la cabeza y allí estaba ella—la señorita Lela, vestida con una bata de spa, descalza, sus ojos claros inclinándose curiosamente mientras lo miraba.

Goy se quedó congelado, un toque de incomodidad coloreando su rostro. ¡Qué momento... encontrarse con la seño...