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Capítulo 109

Un portero se acercó rápidamente para abrir las puertas del coche.

Al bajar, Teresa miró hacia la distintiva villa de tres pisos que se convertiría en su nuevo hogar, sintiendo una indescriptible sensación de asombro.

—¿Te gusta? La villa está ahora a tu nombre —dijo Gabriel, rodeándola con su bra...