Read with BonusRead with Bonus

Capítulo sesenta y ocho

—¡Felicidades! —chilló Valerie, tirando de mí para darme un abrazo, tratando de contenerse para no saltar de emoción. Sus ojos marrones estaban grandes y brillantes, su sonrisa de oreja a oreja mientras me abrazaba con fuerza, apretándome un poco demasiado; lo que me hizo soltar un pequeño chillido,...