Read with BonusRead with Bonus

Capítulo cincuenta y ocho

Gemí mientras luchaba por moverme debajo de la manta, pero sentía como si estuviera atrapado con lazos invisibles. Mi propia mente me mantenía prisionero, negándose a dejarme mover o hablar, incapaz de abrir los ojos o la boca. Podía escuchar todo lo que sucedía a mi alrededor, y sabía que si no pod...