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Capítulo cincuenta y cuatro

Damien suspiró mientras se inclinaba y sacaba su teléfono del bolsillo de sus pantalones. —¿Qué? —preguntó, poniendo el receptor en su oído sin revisar la identificación de la llamada. Mientras escuchaba a la persona al otro lado de la línea, cerró los ojos con un gruñido. —Muy bien.

—¿Qué pasa? —p...