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Capítulo cuarenta

—¡Sinclair, por favor despierta! —dije, mirando su dolorosamente hermoso rostro. Había una horrenda herida en su frente, algo que habría sido fatal para cualquier humano, desde la línea del cabello hasta la ceja. Su brazo derecho estaba roto y casi desprendido, podía ver el hueso separado del resto ...