Read with BonusRead with Bonus

Capítulo veinticuatro

—Gatito, ¿qué te pasa? —dijo Damien mientras entraba apresuradamente en mi habitación, tomándome en sus brazos. Me miró con preocupación en su hermoso rostro. Intenté responder, pero no pude, casi comenzando a llorar. Era tan hermoso y asombroso, ¿cómo podía seguir queriendo a alguien como yo? Me od...