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EMOCIONES PROFUNDAS

Y tan pronto como el interlocutor pronunció su apodo, "Campanita", sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Ava reconoció la voz de inmediato. ¿Cómo no iba a hacerlo? Era la única voz capaz de dejarla sin aliento. Escuchó los pequeños sonidos del otro lado mientras el tiempo parecía detenerse a s...