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Capítulo 28

Gime y se inclina hacia mí hasta que nuestros labios casi se tocan.

—Soy solo tu puta, Mike —susurra contra mis labios—. Este coño es solo para ti. Para nadie más.

—¿Ya no?

Ella niega con la cabeza.

—Nunca.

Mi cuerpo se queda inmóvil ante sus palabras. Estudio su rostro, buscando algún indicio ...