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Capítulo setenta y nueve

Nos despertamos en los brazos del otro, y esto era muy diferente a cómo nos despertábamos en los brazos del otro cuando estaba en mi celo. Mi cabeza descansaba en su pecho, la mitad de mi cuerpo estaba extendida sobre él. Sus brazos me rodeaban, sosteniéndome fuerte, y su nariz estaba enterrada en m...