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Capítulo sesenta y dos: maduro

Regresamos, y ellos también regresaron: los sueños, la voz, el llamado.

Era como si la mujer estuviera esperando que volviera a casa; su voz era más urgente esta vez y me perseguía. Ahora no solo en mis sueños, también me perturbaba en cada momento despierto, pensando en la mujer que podría estar e...