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Capítulo cuarenta y cinco

—¿Debería irme con él?

Esa fue la primera pregunta, bastante esperada, para ser honesta, que Mercy hizo cuando finalmente pudimos sentarnos sin que los chicos nos rondaran. Los cuatro hombres estaban justo afuera, en la sala de estar, o al menos ahí los dejamos la última vez. Podrían estar justo de...