Read with BonusRead with Bonus

Capítulo cuarenta

Adrián mantuvo un agarre firme en mi cintura durante todo el trayecto de regreso a mi casa. Actuaba como si, en el momento en que me apartara de su regazo, otro hombre - mi supuesto compañero PureBlood - me arrebataría del pobre y pequeño Rey Hombre Lobo.

—Adrián, por favor... —gruñí—. ¡Esto es rid...