Read with BonusRead with Bonus

Capítulo dieciocho

Cuando abrí los ojos la siguiente vez, estaba cálida y no había nadie durmiendo a mi lado. Aún podía oler el aroma de Adrian, lo que significaba que todavía llevaba puesta su camisa.

—¿Por qué cuando me desperté te encontré acostada a mi lado, apestando a Adrian?

Me sobresalté al escuchar la voz d...