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Era hora de empezar a cocinar, y no era un juego de palabras. Encendà los quemadores de gas en ambas estufas, bajé las planchas sobre los quemadores y luego me giré para precalentar el horno doble empotrado detrás de mÃ. VivÃa y trabajaba en la mansión de la manada, lo cual agradecÃa ya que era la única cocinera aquÃ. Cocinaba para el Alfa Andrew y la Luna Nora, el Beta Ethan y su compañera Bethany, el Gamma Levi y su compañera Christine, el Delta Jake y su compañera Faith y su hijo Matheau. Theo y Dean también solÃan comer en la mansión de la manada. Ellos eran los futuros Alfa y Beta, ambos hijos de Andrew y Nora.
Afortunadamente, Jewel, la hija del Beta, generalmente comÃa en la casa de la manada; estaba convencida de que escupirÃa en su comida. Como cocinaba estilo buffet, no estoy segura de cómo podrÃa dirigirlo solo a su comida, pero bueno. Eso la mantenÃa alejada de mà por más tiempo. Ella era mi mayor torturadora. HabÃa pensado en dejar la manada más de una vez para alejarme de ella. Claro, podrÃa vencerla en una pelea sin sudar, pero entonces mi secreto saldrÃa a la luz. La única razón por la que no me habÃa ido ya era porque no sobrevivirÃa como una renegada cuando no podÃa transformarme. No faltaba mucho, y entonces me irÃa.
Si tenÃa suerte, podrÃa incluso encontrar a mi compañero una vez que me fuera, si no, tal vez tomarÃa un compañero elegido. Si pertenecÃa a esta manada, lo rechazarÃa al instante. No me importaba quién fuera. La única persona que considerarÃa remotamente serÃa Matheau, pero a él le gustaban los chicos y básicamente era mi hermano, asà que eso no iba a suceder de todos modos. Realmente necesitaba encontrar un momento para hablar con él y hacerle saber mis planes. No podÃa simplemente huir y dejarlo en la oscuridad. ¿Lo entenderÃa? SÃ, pero no antes de despellejarme viva. Estoy segura de que harÃa una alfombra encantadora.
Luego estaba Vincent. Era el hijo del Gamma. Trataba de evitarlo lo más posible. Me daba escalofrÃos y estaba bastante segura de que era tan retorcido como el Beta Ethan. Siempre me estaba observando, mirándome como si fuera algún tipo de última cena a la que tenÃa derecho. Me estremecà y aparté esos pensamientos de mi cabeza, que Aramyth se apresuró a reemplazar con pensamientos de ella destrozándolo, lo cual me hizo reÃr.
Me puse a trabajar haciendo el desayuno. Puede que cocinara para menos personas, pero seguÃan siendo lobos y comÃan como tales y solo habÃa una de mÃ. Hoy tocaban crepes rellenos de frutas y crema, tocino, huevos, papas fritas caseras, galletas, salsa y tostadas. Pasé un par de horas trabajando, asegurándome de que todo se juntara y terminara al mismo tiempo.
Levanté la cabeza al escuchar pasos bajando las escaleras, "Theo y Dean", pensé. Mis sospechas se confirmaron cuando entraron corriendo a la cocina, siempre los primeros en llegar antes que los demás. Al menos, nunca fueron malos conmigo. No eran particularmente amables, preferÃan fingir que era invisible, pero no eran crueles como los demás. Estaba bien con esto. Cuanta menos atención sobre mÃ, mejor.
Bajé la cabeza y la mirada como se esperaba de una Omega ante los miembros de rango de la manada. Una señal de sumisión. Esto hizo que el pelaje de Aramyth se erizara, No deberÃamos someternos como un lobo sin rango. No somos una Omega. ¡Somos una Alfa!
Lo sé. Nosotras lo sabemos; ellos no. No pueden saberlo. Las Alfas femeninas son inauditas. EstarÃamos en grave peligro si lo descubren antes de que podamos recuperar nuestra manada. Lo siento, Aramyth. Sé que esto es difÃcil para ti: la sumisión, la falta de respeto, los secretos. Ojalá las cosas fueran diferentes. Solo unas semanas más, ¿ok? Fruncà el ceño y la abracé mentalmente. Deseaba con todo mi corazón que las cosas fueran diferentes para nosotras.
Lo sé. Haré mi mejor esfuerzo. Aramyth resopló y asintió antes de acomodarse en el fondo de mi mente.
Usualmente lograba salir de la cocina antes de que todos llegaran, pero hoy no tuve tanta suerte. Estaba colocando la última comida en el calentador de buffet y girándome para hacer mi salida antes de que los demás aparecieran, pero no estaba mirando por dónde iba y choqué contra una pared. Gruñà al caer de culo, "¡Mierda!" murmuré para mà misma. Pronto me di cuenta de que 'la pared' en realidad era Theo, que se dirigÃa a servirse.
PodÃa sentir su mirada molesta sobre mÃ. Solté un rápido, "Perdón," mientras me levantaba frente a él. De repente, escuché una voz aguda y irritante que habÃa estado esperando evitar esta mañana.
—¡Aléjate de Theo, zorra patética! —Jewel habÃa entrado justo cuando me levantaba, aún dentro del espacio personal de Theo ya que no habÃa tenido la oportunidad de alejarme de él.
Theo tenÃa 19 años, casi 20, y aún no habÃa encontrado a su compañera. Jewel habÃa pasado los últimos 6 meses tratando de acercarse a él y ganarse su favor con la esperanza de que la tomara como compañera elegida. Compañera verdadera o elegida, no importaba, todos los Alfas necesitaban una Luna.
Rodé los ojos mientras me giraba hacia Jewel, mi paciencia se estaba agotando esta mañana, —No te pongas histérica. No es como si él fuera tu compañero.
—¡Cómo te atreves! ¡Cómo te atreves a faltarme el respeto! Soy la hija de un Beta y tú... ¡Tú no eres más que una inútil Omega zorra! —El rostro de Jewel se enrojecÃa con cada palabra mientras se lanzaba hacia mÃ, golpeando repetidamente mis costillas con sus puños. Caà al suelo, encogiéndome para proteger mis puntos blandos, ella seguÃa pateándome y yo aguantaba los golpes como una campeona.
TendrÃa moretones más tarde, pero al menos no tendrÃa costillas rotas como la última vez que me tomó por sorpresa. Aunque ciertamente podrÃa haberla vencido, nunca habÃa puesto un dedo sobre ninguno de los miembros de la manada, ni siquiera en mi propia defensa. Me negaba a rebajarme a su nivel, o a recibir más castigo del que ya recibirÃa por devolver el golpe. Mi boca regularmente me metÃa en problemas, pero habrÃan encontrado una razón para castigarme de todos modos, y mi sangre de Alfa hacÃa que no decir nada fuera casi imposible, asà que usaba el castigo inevitable como una salida que ayudaba a mantener a Aramyth entretenida e incluso un poco contenta en nuestra situación.
—Soy muchas, muchas cosas, pero una zorra no es una de ellas. No tengo ningún deseo por ninguno de los miembros de esta manada. Jamás. Simplemente ves a todos como una amenaza porque en el fondo sabes que nunca serás más que la hija mimada de un Beta.
Jewel estaba furiosa, casi echando espuma por la boca. La vi levantar su pie en preparación para bajarlo con todas sus fuerzas sobre mis costillas, pero su atención se desvió cuando Dean se acercó a su hermano, —Déjalo, Jewel, no vale la pena el esfuerzo.
—Tiene razón, Jewel, vamos a desayunar —Theo estuvo de acuerdo y agarró a Jewel por la cintura antes de que pudiera aplastarme con toda su fuerza. Aun asÃ, logró darme un golpe, pero estaba bastante segura de que no se habÃa roto nada. Ella estaba arañando y gruñendo para llegar a mà mientras Theo la arrastraba.
—¡BASTA! —escuché a Alpha Andrew bramar, su poder recorriendo la cocina como una ola; hizo que todos los demás inclinaran sus cuellos en sumisión. Como yo también era una Alfa, no me afectó. TenÃa 12 años cuando me di cuenta, pero seguà actuando como si lo hiciera, inclinando mi propio cuello en sumisión. Alpha Andrew gruñó, —¿Qué significa esto? ¿Por qué están aquÃ, actuando como un montón de animales?
No dije nada, tratando de no reÃrme mientras Aramyth una vez más soltaba su lengua, Somos un montón de animales, ¿qué cree que son los lobos?
Jewel fue la primera en hablar, —Alpha Andrew, solo estaba enseñándole a Alyce su lugar y algo de modales. Tuvo la audacia de responderme, incluso insultándome cuando la sorprendà tratando de acercarse a Alpha Theo. —La vi poner cara de puchero y dejar que lágrimas de cocodrilo llenaran sus ojos.
Seguà sin decir nada, sin hacer ningún esfuerzo por defenderme mientras Alpha Andrew la miraba a ella y luego al resto del grupo, su compañera Nora deslizándose su brazo por el de él. SabÃa que no le caÃa bien y si creÃa que estaba tratando de encantar a Theo, ya estaba en suficientes problemas sin seguir hablando. Un grupo comenzaba a reunirse detrás del Alpha. Los padres de Jewel estaban allÃ, y el Gamma, con su familia, habÃa bajado para desayunar. PodÃa escuchar a Jake, Faith y Matheau acercándose por el camino, ya que vivÃan en su propia casa cerca de la mansión. Otros Omegas también habÃan comenzado a llegar, pero estaban allà para atender otras tareas.