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61. GUARDAESPALDAS DESIGNADO

Una lágrima corre por mi rostro, y respiro hondo, limpiándola de mi mejilla. Con determinación, me dirijo por el pasillo, bajando rápidamente las escaleras. Por suerte, los guardias ya no están allí. Me dirijo hacia la cocina, pasando por un corredor que lleva directamente a la parte trasera del cas...