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Capítulo 463 Siete millones para mí

Burl, sentado en el asiento del copiloto, refunfuñó:

—Pensé que ustedes dos seguirían con eso hasta el mediodía antes de rendirse.

Al subirse al coche, Chicago se dirigió a Burl con seriedad:

—Tío Burl, con tu actitud de tipo serio, vas a quedarte soltero. ¡Qué desperdicio de cara guapa!

El coment...