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Capítulo 239 Todavía me amas

Cuando Darwin finalmente se sació, Fiona aprovechó su oportunidad y lo empujó hacia atrás. Él tropezó, estabilizándose y mirando su pulgar ensangrentado.

—No lo mordiste; aún me amas —declaró Darwin, con una mirada salvaje en sus ojos.

La mirada de Fiona se encontró con la suya, un escalofrío reco...