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Capítulo 94

Los dedos de Thomas se movían rápidamente sobre el teclado, sus ojos alternaban entre la pantalla de la computadora y el reloj colgado en lo alto de la pared. —¡Mierda! —se quejó en la habitación vacía, revolviendo el desorden de papeles en su escritorio. La hora del almuerzo estaba a dos horas de d...