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Capítulo 36

—¡Reyana! ¡Reyana! —Reyana escuchó la persistente llamada de su nombre por una voz familiar. Se había negado a apartar su mirada furiosa del misterioso desconocido, pero cuando las llamadas se volvieron insoportables, se giró brevemente hacia la dirección de donde provenían.

En una fracción de segu...