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Capítulo 123

Reyana entró en la cámara familiar con cautela. Miró a su alrededor, y aún mantenía el mismo aspecto engañoso que la primera vez que la visitó.

De repente, todo comenzó a tomar forma, y Shota emergió de su lugar habitual: el jardín. Su cabello era tan blanco como la nieve recién caída. Levantó la v...