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Capítulo 3

Anabelle

—Mete los dedos ahí —murmuré, agarrando el resto de los contenedores y volviendo a entrar en la casa—. Entra y habla con tu hermana —le grité por encima del hombro—. Está destrozada.

Un momento de silencio y luego, —¿Qué te importa a ti?

Lentamente, coloqué los contenedores en la mesita l...