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¡MALDITA SEA! Muerte a manos de un perro.

Max:

Los malditos grillos chirriaban ruidosamente mientras abría los párpados, entrecerrando los ojos ante el sol que se asomaba por las puertas de la terraza.

Seth estaba tendido sobre mi pecho, cubierto de barro y escombros de nuestra carrera nocturna, follando violentamente junto al lago an...