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Capítulo 80

—¡Ken, no, no! —suplico, y cuando sus esfuerzos solo se intensifican y gruñe de rabia, entonces abro la puerta y grito por una enfermera—. ¡Enfermera! ¡Por favor!

Una enfermera entra corriendo en la habitación, y siento un dolor tan intenso cuando le inyecta algún tipo de tranquilizante en su vía i...