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16: Así de simple

Espero a saber qué dirá y él solo me mira. —Que estás viva y bien. —Su pulgar grande masajea suavemente el interior de mi palma, su toque me distrae, convirtiendo mis huesos en gelatina.

—Pero... —casi gimo cuando presiona un punto particularmente sensible—, pero no te creerían...

—Sí lo harían.

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