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Consejo

—¡Hazel, ¿dónde demonios estás?!

Hazel se despertó de golpe y saltó rápidamente de su cálida cama al escuchar las palabras de su esposo en su mente. Eran tan claras como el cristal y le desgarraban el alma. Sonaban doloridas y llenas de odio. Podía sentir la tristeza invadirla y sabía que su compañ...