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CAPÍTULO VEINTISÉIS

Un grupo nacido de la necesidad, ya que la Manada de la Piedra de Sangre no tenía muchos lujos como un salón de baile o mesas de comedor elegantes, pero sí tenían miembros muy trabajadores y, en un tiempo récord, habían decorado el salón de reuniones con música y adornos que le daban un toque estéti...