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Encuentros fatídicos: una noche de revelaciones

En la oscuridad de la noche, el coche de Jonathan se detuvo frente a la mansión de Madilyn. Rápidamente, salió del coche y abrió la puerta para ella.

—No necesitas tratarme tan cortésmente, Jonathan. Tengo manos, ¿sabes? Puedo abrir la puerta yo misma.

Aunque él actuaba de manera caballerosa, eso ...