Read with BonusRead with Bonus

Tesoros inesperados: un día en el oceanario

Roxanne, todavía preocupada, le dio su número de teléfono a Héctor.

—Por favor, cuídese mucho, Sr. Damaris. Recuerde llamarme si tiene algún problema. Estaré ahí para usted.

Sus palabras dejaron a Héctor atónito por un momento antes de asentir, impresionado.

—¡Señorita Jarvis, usted es una de esa...