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La elegancia tácita del banquete: historias de confusión y tensión

Con los ojos enrojecidos, Aubree respondió:

—Sin embargo, todos los médicos que he encontrado fueron inútiles...

Alfred se conmovió al ver lo preocupada que estaba. Con una sonrisa en el rostro, dijo:

—Sé que eres una buena persona. Mereces el crédito por encontrarme esos médicos durante estos añ...