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El giro imprevisto

No mucho después, Lucian bajó con Estella.

Aubree ya estaba sentada en la mesa del comedor. Cuando los vio, reprimió el desagrado en su corazón y les sonrió antes de señalar el lugar a su lado.

—Ven aquí, Essie. Vamos a desayunar juntas.

Pensó que su amenaza anterior haría que la niña la obedeciera...