CAOS

Capítulo 4

El chillido de mi madre al salir corriendo hacia mi compañera me sacó de mis pensamientos, pero antes de que pudiera intervenir, ya estaba sobre Chaos, abrazándola con todas sus fuerzas. Observé con una mueca mientras la apretaba tan fuerte como si quisiera drenarle la esencia de vida, y todo lo que pude hacer fue quedarme allí, enviándole una mirada de disculpa cuando se volvió hacia mí.

Mi madre, siendo como es, siguió hablando sin parar mientras el resto de nosotros mirábamos divertidos porque mi compañera parecía atrapada en su red. Pero supe que mi madre había cruzado algún tipo de línea cuando mencionó al padre de mi compañera y la pequeña sonrisa en su rostro desapareció, reemplazada por su habitual máscara fría y molesta.

Sus siguientes palabras me helaron el corazón y parecieron sacar a mi madre de su ignorancia, notificándole que había cruzado una línea. Pero antes de que pudiera disculparse, mi compañera ya se había ido y no pude evitar seguirla. Seguí su aroma, que sorprendentemente me llevó a mi habitación. Pero no estaba preparado para la escena que me encontré al entrar. Literalmente me rompió el corazón. Podía sentir el dolor desenfrenado, la tristeza y el anhelo emanando de ella en oleadas masivas.

Chaos estaba sentada en mi cama llorando tan fuerte que hizo que Kaeden aullara de tristeza. Me rompió el corazón ver a una persona tan fuerte derrumbarse así. No necesitaba que le hiciera preguntas, así que no lo hice. Me senté a su lado y la envolví con mis brazos. Sabía que eso era lo que necesitaba cuando enterró su rostro en mi pecho. La sostuve todo el tiempo que necesitó y antes de darme cuenta, ya estaba profundamente dormida.

Dejando un suave beso en su frente, la levanté en mis brazos y rodeé la cama antes de depositarla en un lado. Me apresuré a quitarle los zapatos y, aunque me hubiera encantado desnudarla y verla sin ropa, sabía que estaba en un estado vulnerable y no quería empeorarlo aprovechándome de la situación. Nunca volvería a confiar en mí lo suficiente como para bajar la guardia a mi alrededor y no quería eso. Estaba arropándola en la cama cuando sonó un golpe en mi puerta.

Ya intuyendo quién estaba detrás, llamé a la persona para que entrara. Mi madre entró con una expresión triste y culpable en su rostro.

—¿Está bien? No quise hacerle daño. Lo siento.

Sonriendo suavemente, me acerqué a ella y, después de darle un abrazo reconfortante, dije:

—Lo sé, mamá. No lo sabías y sé que Chaos también lo sabe. Está descansando y voy a quedarme con ella, y si no es muy tarde cuando despierte, bajaremos a verte para que ella misma pueda asegurártelo.

—¿Lo prometes?

—Sí, mamá... lo prometo.

Con un asentimiento y una última mirada a Chaos, salió rápidamente por la puerta. La seguí y cerré la puerta con llave antes de quedarme en boxers. Dejé mi ropa en el cesto de la ropa sucia antes de meterme en la cama a su lado.

Pero después de estar acostado junto a ella durante un par de minutos sin poder descansar, la atraje suavemente hacia mis brazos. Inhalando rápidamente su aroma, mis músculos tensos se relajaron y, antes de darme cuenta, me estaba quedando dormido.

AL DÍA SIGUIENTE

Punto de vista de Chaos

Me despierta el sol que me da en la cara de manera grosera. ¿Quién demonios dejó la maldita ventana abierta? Realmente me gustaría saberlo y darle a esa persona un pedazo de mi mente. No es que odie el sol, pero está en mi cara de manera grosera y no soy una persona mañanera. Intento moverme solo para darme cuenta de que estoy siendo sostenida firmemente contra un pecho. Quiero decir, un pecho muy musculoso y delicioso por un brazo musculoso.

Miro hacia arriba solo para encontrarme con la adorable cara dormida de mi compañero. Ugh... el sueño realmente hace cosas a las personas. Se ve tan angelical, pero tú y yo sabemos que no es nada así.

Tiro mi cabeza hacia atrás en la almohada mientras los eventos de la noche anterior vuelven a mí. Me sentí mal por haberme ido de la madre del Alfa River y de la manada, pero no pude evitarlo. Mi padre es un tema delicado y no me gusta la idea de que alguien hable de él como si realmente supieran quién era o dónde estaba.

Es un secreto guardado que sus hijos, su compañera y unas pocas personas selectas y los ancianos del consejo de mi manada de nacimiento llevarán a la tumba. Puede que esté muerto para el mundo, pero no estaba muerto para mí y nuestra familia, y no aceptaré que nadie piense lo contrario. Estaba despejando mi mente cuando escuché a la gente moverse hacia lo que supuse eran los terrenos de entrenamiento a esta hora de la mañana.

Agarrando suavemente mi almohada, me moví rápidamente de debajo del brazo del Alfa River antes de reemplazar mi cuerpo con la almohada. Con un suave beso en su frente, corrí al baño donde rápidamente me cepillé los dientes y me recogí el cabello en un moño suelto antes de ir a hacer pis y fue entonces cuando me di cuenta de que todavía estaba con la ropa de ayer.

Rápidamente me deshice de ella, la dejé en el cesto de la ropa sucia antes de buscar mis maletas. Las encontré, pero estaban vacías. Abrí la segunda puerta después de la puerta del baño solo para descubrir que conducía a un vestidor bastante extravagante. Caminé más adentro y me sorprendió encontrar mi ropa arreglada justo como me gusta. Coordinada por colores. Aunque no hay muchos colores para ponerlos. Mi ropa viene en colores específicos como negro, blanco, gris, ceniza, granate y rojo oscuro. Odio las cosas brillantes.

Rápidamente busqué mi equipo de entrenamiento negro y tan pronto como lo encontré, me lo puse antes de ponerme mis botas de combate favoritas para completar mi look. Después de revisar mi atuendo y gustarme lo que vi, con mis tatuajes a la vista haciéndome lucir pecaminosamente sexy e intimidante, salí de puntillas de la habitación para no molestar al Alfa River.

Cerré la puerta y me giré solo para encontrarme con el beta espeluznante mirándome de arriba abajo como si fuera un pedazo de carne. Habiendo tenido suficiente, levanté un puño y le di un fuerte golpe en la mandíbula, sonriendo cuando escuché el satisfactorio crujido de su mandíbula rompiéndose.

Dando un paso más cerca de él, levanté su cabeza para que pudiera mirarme a los ojos y dije:

—Puede que sea una mujer, pero no permitiré que me faltes al respeto... mírame así de nuevo y me aseguraré de que no veas nada más por el resto de tu vida. ¿Estamos claros?

—Cristalino. Lo siento, Luna —respondió el beta con los ojos bajos de vergüenza.

—Más te vale. ¿A dónde ibas?

—A despertar al Alfa. Es hora de entrenar.

—Sí, lo sé, pero está durmiendo. Déjalo. Hoy supervisaré el entrenamiento.

Puede que haya sorprendido al beta porque levantó la cabeza de golpe para mirarme y fue divertido. La forma en que sus ojos se abrieron de par en par con sorpresa. Tanto que tartamudeó:

—¿De... de verdad?

—Sí, Matthews. Ahora vamos. Guía el camino.