Read with BonusRead with Bonus

Capítulo noventa y cinco

La oscuridad en este lugar se siente asfixiante. Cada centímetro de la Isla de Otoño me oprime, el peso de la Perla Negra retorciéndose en mi pecho como mil serpientes. Puedo sentirla—dentro de mí, tirando, exigiendo, tomando. Mi cuerpo está en tumulto, en conflicto consigo mismo. Un momento, estoy ...