Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ochenta y uno

Ya no estamos solos aquí. Esto lo he sabido desde hace un tiempo. Pero Remi, por cómo reacciona, no lo sabía.

Mis hermanos elegidos.

La Pequeña Cierva se queda completamente quieta en mis brazos. Deja de respirar también. Cuando ve las figuras sombreadas a lo lejos.

—Inténtalo de nuevo —digo simp...