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Capítulo veintiséis

KIERAN

Soy inmortal, inflexible, y aún así tengo un dolor de cabeza.

Uno palpitante.

En el momento en que los gemelos escoltan a la Ofrenda fuera, me desplomo en la silla en la cabecera de la mesa del comedor. Solía ser mi habitación favorita en toda la Casa Crepúsculo, pero ahora la evito ...