Read with BonusRead with Bonus

Capítulo veintitrés

No protesto cuando desliza un dedo en mi boca, igual que la noche en que nos conocimos.

—¿Crees que te vas a ahogar, pequeña cierva?

La mano en la parte trasera de mi cabeza se enreda en mi cabello, deslizándose hasta la nuca.

Por la posición en la que estoy, no puedo ver el pene de Kieran, pero ...