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Mi castigo

Lucien ya estaba sentado en la mesa del comedor cuando Reiner y yo entramos. Por alguna razón, la atmósfera era sofocante y me costaba respirar. Lucien parecía estresado y muy tenso hoy.

—Natalia. Siéntate —ordenó Lucien con firmeza, y yo seguí su mandato de inmediato. Claramente, Lucien no había t...